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lunes, enero 22, 2007

Foro en Nairobi

Algo más de 100.000 personas procedentes de un millar de organizaciones sociales de más de 100 países están reunidos desde el día 20 en Nairobi (Kenia) en la séptima edición del Foro Social Mundial (FSM). El FSM se inició en 2001 en la ciudad brasileña de Porto Alegre con el lema de “Otro mundo es posible” y la finalidad de crear "un espacio de encuentro que favorezca la construcción internacional de alternativas al pensamiento único neoliberal".
Esta edición tiene como tema "las Luchas de las Personas, las Alternativas de las Personas" y según explica Oduor Ongweng miembro del Comité organizador "El foro envía un firme mensaje a Davos de que el mundo no puede girar sólo en torno a las inversiones y el beneficio. La mejor inversión es en la gente y en un uso sostenible de los recursos. Ellos hablan de comercio y capital, pero tienen que pararse a pensar en los efectos sociales de sus políticas” . Hasta el día 25 se celebrarán más de mil doscientas actividades centradas en 12 temas, entre ellos, el sida, la paz y el conflicto, juventud, situación de las mujeres, migraciones y diáspora, deuda externa, los desposeídos de tierras o la privatización de bienes comunes. Es especialmente significativo que esta edición se celebre en un país africano; en este continente poblado por cerca de 830 millones de personas (el 13% de la población mundial) están 35 de los 48 países más pobres del planeta, el 40% de la población vive con menos de un dólar diario, la inversión directa extranjera es sólo de 1% y representa sólo el 2% del comercio mundial.
No puedo evitar recordar al economista chileno Manfred Max-Neef, Premio Nóbel Alternativo en 1983, una de las voces más críticas al sistema neoliberalista, que ha desarrollado dos tesis denominadas “economía descalza” y “economía a escala humana” y posteriormente la “hipótesis del umbral”. Sostiene que “Hemos llegado a un punto en que en lugar de que la economía esté al servicio de las personas, son las personas las que deben estar al servicio de la economía”. Para él, el libre mercado y sus exigencias funcionan hoy como una religión para el resto del mundo, con Vaticano propio y asegura que el discurso neoliberal se proclama verdad universal que no conoce alternativas: “Quienes no aceptan la revelación están condenados. Tiene sus templos en las Universidades donde la única economía que se enseña es la neoclásica, que es su madre. Tiene su santísima trinidad: crecimiento económico, libre comercio y globalización. Tiene su Vaticano: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio que, como vaticano que se precie es, por cierto, infalible; sabe mejor que todos nosotros lo que es bueno para nosotros, y en aras de nuestra salvación lo impone” . Para quien no le conozca, y si os apetece, os sugiero que le echéis un vistazo a su trayectoria y a su análisis de la realidad económica y social.
Fotografía Michele Burgess: Escuela rural en Kenia.