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miércoles, enero 17, 2007

¿Sapiens?

Hace tres años se localizó en Rumania, en el yacimiento de Pestera cu Oase, uno de los cráneos más antiguos de un Homo sapiens descubiertos en Europa (40.000 años de antigüedad). Algunos de sus rasgos como el achatamiento frontal y grandes molares superiores propios de los neandertales parecen indicar que en algún momento de la evolución pudo producirse un cruce entre ambos. Neandertales y Homo sapiens coexistieron en Europa durante milenios hasta la extinción de los primeros en Gibraltar hace aproximadamente 28.000 años.
Hélène Rougier y Erik Trinkaus, del Departamento de Antropología de la Universidad de Washington en Saint Louis, han dirigido a un grupo de 12 especialistas de seis países que han analizado dicho cráneo. Trinkaus a raíz de los datos obtenidos en la investigación ha explicado que aunque "el cráneo no tiene características neandertales explícitas" se puede concluir que "sin embargo, su combinación de rasgos modernos y arcaicos puede aducirse para reforzar los argumentos a favor de cierto grado de mezcla entre los neandertales y los humanos modernos, unas inferencias hechas a partir de otros fósiles del mismo periodo".
Este informe reaviva el debate y los interrogantes que se están planteando desde hace unos años acerca del desarrollo morfológico de los seres humanos. Por ejemplo Joao Zilhao, profesor de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido ha declarado que esta combinación de rasgos "podrían ser resultado de una regresión evolutiva o el reflejo de una muestra paleontológica incompleta de la diversidad humana en el Paleolítico Medio" ó “también podrían ser una prueba de una mezcla con las poblaciones neandertales a medida que esos seres humanos se propagaban a través de Europa occidental”.
En lo que todos parecen estar de acuerdo es en que, como el profesor Zilhao indica, son necesarios muchos más estudios de restos fósiles de los primeros pobladores modernos y de aquellos más arcaicos que interaccionaron con ellos en su proceso evolutivo para poder llegar a conclusiones definitivas. Tendremos que seguir esperando para conocer más sobre la historia de nuestra especie, cada nuevo hallazgo desvela datos apasionantes.
Fotografía: Leo Matiz